Las boquillas son elementos fundamentales al momento de realizar una aplicación, influyendo en la uniformidad de la distribución y el tamaño de gotas. Cada tipo de boquilla posee diferentes cualidades que deberán conocerse al momento de seleccionarlas, de acuerdo al producto que se quiera aplicar. Existen 4 tipos de boquillas frecuentemente utilizadas:
– De abanico: como su nombre lo indica, el líquido expedido por esta boquilla tiene forma de abanico con una concentración de gotas hacia el centro en relación a los extremos. Por lo cual al momento de realizar la aplicación será necesario cierto solapamiento para lograr uniformidad. De esta manera, las aspersiones de dos boquillas vecinas se solapan logrando una aplicación uniforme. No precisan de una alta presión, en general va de 1.5-4 kg/cm2. Como su nombre lo indica, se utilizan en general para cubrir todo el suelo; por lo cual pueden suelen ser utilizadas para la aplicación de herbicidas preemergentes, donde se precisa cubrir la mayor parte del lote y controlar las malezas presentes en el mismo. Debido a la particularidad de estas boquillas de concentrar el líquido hacia el centro, la altura de la barra de la pulverizadora cobra especial importancia al momento de regular la máquina. Una altura demasiado baja generará que el solapamiento disminuya y las áreas entre las boquillas no se cubran correctamente, generando diferencias de concentraciones. Algo similar ocurre cuando la barra se encuentra muy alta, el solapamiento aumenta demasiado, generando áreas con mayor concentración que otras. Sumado a que una barra demasiado alta puede generar que las gotas no caigan sobre el cultivo y se aumente la posibilidad que el viento arrastre las gotas, generando la indeseada deriva.
– De cono o turbulencia: Estas boquillas, como su nombre lo indica, generan mayor turbulencia y gotas más finas, lo que permite lograr una buena cobertura del cultivo; permitiendo que las gotas penetren aún por el envés de las hojas. Esto ocurre gracias a que el líquido sigue una trayectoria circular dentro de una cámara de turbulencia. Este movimiento se mantiene al salir, por ello adquiere forma de cono. Precisan de una presión entre 3 a 5 kg/cm2. Pueden ser tanto de cono hueco como lleno. Las primeras producen gotas de menor diámetro, dispersándose en un ángulo mayor. Son mayormente utilizadas en aplicaciones de insecticidas y fungicidas donde se requiere que las gotas puedan penetrar correctamente en el cultivo mojando toda la zona.
– De espejo, produce gotas de mayor tamaño utilizando presiones menores a las anteriores, entre 0,5 y 2 kg/cm2.
– Descentradas o de impacto, Estas boquillas pulverizan el líquido y lo proyectan hacia un lado. La imagen de pulverización que proyectan es irregular. Las gotas suelen ser poco uniformes, predominando las gruesas, dispersándose en un ángulo bastante grande. Requieren una presión baja de 0,5-2,5 kg/cm2.
Existen muchísimas boquillas en el mercado, por lo cual es indispensable informarse acerca de la boquilla que mejor se adapte al tamaño de gota que queramos generar y al producto que deseamos aplicar. La elección de la correcta boquilla podrá determinar que tengamos o no éxito en nuestra aplicación, al momento de controlar malezas, plagas y enfermedades.
Al momento de seleccionar una boquilla es importante tener en cuenta ciertos objetivos:
– Colocar el producto donde mejor controle la adversidad. La elección de la boquilla variará de acuerdo a si la aplicación debe realizarse al suelo, o sobre un cultivo. Asimismo será diferente si queremos controlar una pequeña plaga, como los pulgones, o ciertas malezas aisladas por el lote.
– Tamaño de gota deseado. Este factor es indispensable y se relaciona directamente con la elección de la boquilla que utilicemos. Asimismo aplicar la presión correcta permitirá regular los tamaños de gotas a fin de lograr aquel que coloque el producto donde se requiera.
– Aplicar la dosis correcta. Si bien aquí influye también la cantidad de producto que utilicemos y como realicemos la mezcla; la altura del botalón así como el solapamiento que haya entre las boquillas y entre pasadas determinará o no, que la homogeneidad de la aplicación sea la correcta; logrando aplicar la dosis adecuada a todo el lote.
Es importante contar con la recomendación de un profesional idóneo que nos asesore acerca de la mejor boquilla a utilizar de acuerdo a nuestro objetivo. Asimismo es importante recordar que una aplicación será eficiente siempre y cuando se respeten las indicaciones de uso de la etiqueta del producto a utilizar. Conociendo los recaudos y las formas correctas de utilizarlo. No es de menor importancia recordar que las boquillas se desgastan con el uso, afectando la formación y distribución de gotas; por lo cual comprobar su estado y reemplazarlas frecuentemente es indispensable si queremos lograr una aplicación de calidad.