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Cuando hablamos de fitosanitarios hormonales nos referimos a productos que se utilizan en la agricultura para regular el crecimiento y desarrollo de las plantas. A diferencia de los fitosanitarios tradicionales, que suelen estar diseñados para combatir plagas, malezas o enfermedades, los hormonales actúan imitando o modificando el comportamiento de las hormonas vegetales naturales. Estas sustancias pueden estimular o inhibir procesos biológicos específicos en las plantas, como la floración, la maduración de los frutos, o el crecimiento de raíces y brotes.

Su utilización es una práctica esencial en la agricultura, pero su correcta aplicación es crucial para cuidar la salud de las personas, el ambiente y asegurar la calidad de los cultivos. Implementar Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) no solo protege los cultivos propios, sino también los de los campos vecinos, minimizando los riesgos de contaminación y daños a largo plazo.
Este contexto nos lleva a preguntarnos cuáles son los aspectos clave para una aplicación responsable y segura.

Por un lado está la elección de la tecnología de aplicación adecuada, la cual es crucial para asegurar la eficacia del producto.

Tipo de equipo: Se deben utilizar equipos de aplicación terrestres. No deben realizarse aplicaciones aéreas.

Tamaño de gota: Se recomienda asperjar con gotas gruesas a muy gruesas, ya que minimizan la deriva y aumentan la efectividad del producto. Considerar un tamaño mayor a 350 micrones, según la clasificación ASAE/ASABE S572.3:2020. Verifique que la cantidad de gotas por centímetro cuadrado esté entre 20 y 40, conforme a las recomendaciones de la FAO para herbicidas o lo que indique la etiqueta del producto.

Boquillas: Utilice boquillas antideriva de aire inducido, como las AI11002 o superiores, abanico plano o tipo martillito, operando dentro del rango de presión especificado por el fabricante. Estas boquillas reducen la formación de gotas finas que podrían derivar a cultivos sensibles cercanos.

Surfactantes: Se recomienda asperjar con gotas gruesas a muy gruesas, ya que minimizan la deriva y aumentan la efectividad del producto. Considerar un tamaño mayor a 350 micrones, según la clasificación ASAE/ASABE S572.3:2020. Verifique que la cantidad de gotas por centímetro cuadrado esté entre 20 y 40, conforme a las recomendaciones de la FAO para herbicidas o lo que indique la etiqueta del producto.

Volumen de Aplicación: No aplique con un volumen menor a 70 L/ha, o siga las especificaciones de la etiqueta del producto. Mantener un volumen adecuado asegura una cobertura homogénea del cultivo.

Velocidad de Avance y Altura del Botalón: El pulverizador debe avanzar a menos de 18 km/h, y la altura del botalón debe mantenerse entre 50 y 70 cm desde el cultivo cuando se usan pastillas de aire inducido AI11002, para garantizar una aplicación uniforme.

Asimismo, las condiciones ambientales juegan un rol determinante en la calidad de la aplicación de fitosanitarios hormonales.

Temperatura y ∆T: El valor del T para aplicaciones hormonales debe estar entre 2 y 5, para minimizar la deriva y volatilización.

Velocidad del Viento: Realice aplicaciones solo cuando la velocidad del viento esté entre 3 y 15 km/h. Evite aplicar con viento hacia cultivos sensibles, cuerpos de agua o áreas residenciales.

Riesgo de Inversión Térmica: Nunca aplique en condiciones de inversión térmica, ya que favorecen la deriva. Es fundamental verificar el pronóstico del viento 24 horas después de la aplicación para evitar problemas de volatilización.

Además, la compatibilidad de los productos en mezclas de tanque es esencial para evitar problemas de fitotoxicidad y garantizar la seguridad del usuario.

Cultivos Sensibles: Manténgase alerta a la presencia de cultivos sensibles en las áreas adyacentes (girasol, algodón, soja no tolerante a 2,4 D, alfalfa, hortalizas, vid, entre otros) y respete las zonas de amortiguamiento definidas por la normativa local.

Pruebas de Compatibilidad: Antes de realizar mezclas de productos, consulte las etiquetas y realice pruebas a pequeña escala para identificar posibles incompatibilidades físicas o químicas. Siga siempre el orden de mezcla recomendado por el fabricante.

Restricciones de Aditivos: No mezcle 2,4D con aditivos, acondicionadores o fertilizantes que contengan amonio (como AMS o UAN), ya que pueden incrementar la volatilidad del producto, comprometiendo la seguridad de la aplicación.

Finalmente, pero no menos importante, el lavado adecuado de los equipos pulverizadores es fundamental para evitar la contaminación cruzada y el riesgo de fitotoxicidad en aplicaciones futuras.

Plataformas Impermeables y Camas Biológicas: Realice el lavado interno y externo de los equipos sobre plataformas impermeables que contengan los residuos líquidos y los deriven a un tanque, o utilice camas biológicas.

Enjuague y Limpieza Interna: Después de la aplicación, drene completamente el circuito del pulverizador y enjuague con agua limpia. Utilice productos de limpieza registrados con acción detergente y desincrustante, siguiendo los procedimientos recomendados.

Limpieza de Boquillas y Filtros: Lave boquillas, filtros y antigoteo por separado con detergente fuerte y cepillo de cerdas suaves. Asegúrese de disponer del agua de lavado de manera segura, respetando las normativas vigentes.

En conclusión, aplicar fitosanitarios hormonales con responsabilidad y siguiendo las BPA es una inversión en la salud de las personas, la protección del ambiente y la sostenibilidad de la producción agrícola. Estas prácticas aseguran que no solo la protección de los cultivos propios, sino también la de los campos vecinos, promoviendo una convivencia armónica entre las distintas producciones y comunidades. Adoptar estas medidas es fundamental para un manejo seguro y eficaz, que vele por un futuro más sustentable para todos.