Abril de 2024, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Las inclemencias climáticas que provocaron fechas de siembra de maíz “continuas” y no cortaron el ciclo del vector, así como el corto período de heladas del 2023 que tampoco fue de ayuda en este sentido, trajeron a gran cantidad de productores agropecuarios un fuerte dolor de cabeza: la plaga de la chicharrita del maíz.
Algunas claves que comparte la asociación empresaria que representa a la Industria de la Ciencia de los Cultivos y sus empresas socias:
¿Qué es el spiroplasma? También conocida como la chicharrita del maíz
El spiroplasma o la chicharrita del maíz es una enfermedad que resulta letal para esta planta y tiene amplia distribución en el norte argentino. Causado por un mollicute (bacteria sin pared celular), en nuestro país la especie detectada recibe el nombre de Spiroplasma kunkelii y suele asociarse al Virus del Rayado Fino del Maíz (MRFV).
Comúnmente denominado “Chicharrita”, mide entre 4 y 5 mm, y pone sus huevos sobre las hojas dentro del cogollo en busca de protección. De gran actividad biológica y capacidad de dispersión, esta especie posee cinco estadios.
Ciclo de vida (Dalbulus maidis) Fuente: “Corn Stunt” o Achaparramiento del maíz (Semillero KWS)
La hembra pone alrededor de 600 huevos y el ciclo es muy dependiente de la temperatura, la óptima de 26° a 32°C. El ciclo se cumple de 23 a 27 días, y si bien las ninfas nacen libres del patógeno, al igual que el adulto lo adquieren al alimentarse de plantas enfermas. Este último sobrevive en promedio 45 días, aunque los adultos invernantes pueden llegar a sobrevivir entre 90 y 120 días.
¿Cuándo se infecta la planta?
Si bien las plantas son generalmente infectadas en la fase inicial de establecimiento del cultivo, período de mayor susceptibilidad para el cultivo, puede multiplicarse durante todo el período vegetativo del mismo.
Una vez infectado el maíz, el patógeno se reproduce dentro del mismo obturando los vasos del floema e impidiendo el transporte de azúcares hacia los puntos de activo crecimiento, lo que induce a alteraciones fisiológicas y nutricionales. La intensidad de estos síntomas está directamente relacionada con la cantidad de inóculo inicial.
Fuente: AgroverdadContenidos CREA
Ilustración del maíz de Francisco Manuel Blanco, Flora de Filipinas, Gran edición, Atlas II, 1880-1883.
Algunas estrategias de manejo
➜ Elección de híbrido. Se recomienda el uso de híbridos con mayor tolerancia para fechas tardías. Cada semillero puede tener diferentes híbridos con diferentes perfiles de tolerancias.
➜ Control de plantas huéspedes. Especialmente maíz guacho. De manera de evitar la perpetuación del vector.
➜ Dejar períodos libres de siembra de maíz. Se recomiendan mínimo unos 90 días. Esto es para “cortar” el ciclo de vida del vector, la chicharrita.
➜ Preventivos. Tratamientos de semillas, que son prácticas complementarias, permitiendo generar un control de la chicharrita en estadios tempranos del cultivo.
➜ Evitar escalonar fechas de siembra. Lo que permitiría el acompañamiento en los ciclos del vector.
➜ Monitoreo frecuente, al igual que en soja, ya que permite tomar acción frente a la presencia del vector. Esto incluye estar alerta y tomar precauciones, así como tener en cuenta las condiciones ambientales del invierno próximo.