1. ¿Qué es un contaminante químico?
Los contaminantes químicos son sustancias que no se añadieron intencionalmente a los alimentos y que tienen potencial impacto negativo sobre la salud humana. Estas sustancias pueden estar en los alimentos como consecuencia de las distintas etapas de su producción, procesamiento o transporte.
2. ¿Qué tipos de contaminantes hay?
Los podemos diferenciar de tres orígenes:
Contaminantes naturales, como las toxinas producidas por algunos vegetales, por bacterias o por la presencia de hongos en las plantas o en los granos.
Ejemplos: la micotoxina deoxinivalenol, conocida como DON o vomitoxina producida por dos hongos del género Fusarium que pueden estar presentes en los cultivos de cereales; o, las Aflatoxinas producidas por algunos hongos del género Aspergillius en un amplio rango de alimentos. En ambos casos el control de los hongos conduce a evitar la presencia de estas toxinas naturales.
Contaminantes ambientales, los que provienen del agua, del suelo o del aire donde se cultivan o producen alimentos, pueden ser propios de la naturaleza o producto de la actividad productiva de las personas.
Ejemplos: el Arsénico, el Cadmio, el Plomo, el Mercurio, o sustancias químicas utilizadas en actividades productivas.
3. ¿En qué se diferencian los residuos de plaguicidas de otros contaminantes?
No son contaminantes, sino residuos de los plaguicidas que se utilizaron para proteger los cultivos de insectos, hongos y malezas durante la producción, el transporte o el almacenamiento de los alimentos.
El Codex Alimentarius define a los residuos de plaguicidas o fitosanitarios a cualquier sustancia específica que se encuentra presente en los alimentos, en los productos agrícolas o en los alimentos para animales como consecuencia del uso de los fitosanitarios.
Se entiende por sustancia especifica a la sustancia activa utilizada, a los metabolitos y los productos de degradación de esta.
En cada país, su respectiva Agencia Regulatoria establece los límites máximos de residuos (LMR), y estos son monitoreados. En Argentina es SENASA quien establece este límite legal. Si no se respetan las buenas prácticas agrícolas estos pueden estar presentes en los alimentos y exceder los valores de referencia.
Antes de autorizar el uso de un plaguicida para un determinado cultivo el SENASA evalúa si este se puede usar para una práctica agrícola determinada sin que represente un riesgo irrazonable para la salud humana.
Luego de un proceso de evaluación de riesgos, determina la tolerancia para cada caso alimento/plaguicida, la cual es la cantidad máxima de residuos de plaguicidas que pueden permanecer legalmente en un alimento en particular.
Los plaguicidas permiten a los productores aumentar la cantidad de alimentos utilizables en cada cultivo al momento de la cosecha. Los fitosanitarios también pueden mejorar la calidad, seguridad y vida útil de ciertos alimentos. Para los consumidores, esto significa el acceso a una amplia variedad de alimentos asequibles, producidos localmente o importados de otros países.