El mundo está ávido de alimentos y América Latina es uno de sus más importantes proveedores.
El Foro CropLife 2017, que se desarrolló en la pintoresca ciudad colombiana de Cali bajo la consigna “El Agricultor Primero” y recibió a más de 350 agricultores colombianos y de todo el hemisferio, puso en relieve la importancia estratégica del continente y su enorme potencialidad de desarrollo para llegar con nuestros productos a más y mejores mercados a nivel global. Por eso el gran objetivo este año fue discutir el fortalecimiento del intercambio con el Pacífico. Se mencionó que América Latina provee el 16 por ciento de los alimentos que consume el mundo.
El dato no es menor, pero debemos tener en cuenta que los alimentos no surgen mágicamente en la góndola del supermercado, sino de las parcelas de tierra de nuestros agricultores. Esto nos obliga a priorizar la materialización de una agricultura empoderada.
Hablamos de una agricultura moderna, que genere mayor desarrollo, prosperidad y sustentabilidad, pero que sólo puede ser alcanzada con ciencia y con un fuerte compromiso de sustentabilidad.
El Presidente de CropLife Latin América, José Perdomo, destacó la innovación y el potencial agrícola y reflexionó que es necesario que, en un mundo cuyo clima está cambiando, la agricultura también tiene que cambiar.
El clima hace que las plagas cambien su modo de actuar: según datos de la FAO, el 45 por ciento de las cosechas se pierde en plagas y enfermedades. Una realidad tan cruda nos obliga a administrar mejor los excelentes recursos de los que disponemos en nuestros territorios: el agua y el suelo. Son los que hacen que la agricultura latinoamericana sea una de las industrias con mayor futuro de la humanidad.
Baste decir que Argentina y Brasil son los países que más invierten en investigación y desarrollo a nivel agrícola en la región, y que la agroalimentaria es la segunda industria que más invierte en investigación y desarrollo, después de la farmacéutica.
Como bien señaló el titular de CropLife, hoy somos el supermercado del mundo. Pero este sitial de privilegio nos obliga a producir cada vez más y mejor. Abrirnos al mundo de un modo responsable.
Nos apropiamos de algunas palabras que formaron parte de las conclusiones del Foro: “La integración comercial, aduanera y cultural de la Alianza Pacífico requiere unidad, innovación, una actitud autocrítica, mayor atención a la inocuidad alimentaria y un balance entre la productividad, la responsabilidad social y la sostenibilidad agrícola”. En la Argentina sabemos esto hace rato, y desde CASAFE venimos trabajando en forma consistente y sostenida para lograrlo.
Es nuestra gran alegría, nuestro orgullo y nuestro compromiso de siempre, con la producción y con el país. Lo que nos entusiasma. Lo que nos emociona.