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Los jardines verticales nacieron como una idea para poder tener nuestro propio jardín utilizando poco espacio, ya que los mismos permiten aprovechar al máximo el espacio destinado para su ubicación. Si planeamos tener un jardín vertical es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones que nos permitirán que este se mantenga sano y en buen estado por mayor tiempo.

En primer lugar es indispensable contar con un buen sustrato. En general se recomienda utilizar sustratos que posean buena infiltración como perlita o sustratos de arena y tierra; que no se conviertan en un peso al momento de colocarlo sobre una pared. Además, el correcto drenaje permitirá que el agua y los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas lleguen adecuadamente a todos los sectores. Asimismo permite disminuir la acumulación de agua que generaría posibles pudriciones de raíz y la aparición de hongos y enfermedades en las plantas.

En segundo lugar es importante que el jardín posea una correcta irrigación. Las mejores opciones son utilizar riegos por goteo ya que permiten que el agua escurra y vaya mojando toda la superficie homogéneamente, aunque también puede utilizarse el riego manual. En estos casos se deberá tener en cuenta que los estratos superiores tienden a secarse más rápidamente que los estratos inferiores ya que se encuentran más expuestos a la intemperie. Tanto la condición del sustrato (si es encuentra húmedo o no) así como la condición en la cual se encuentren las plantas nos indicará la regularidad necesaria del riego.

En cuanto a las especies a elegir, existe una gran variedad de ellas que podrían ser aptas para su uso en jardines verticales. Como regla general se recomienda utilizar plantas de crecimiento horizontal, las cuales poseen raíces entre 20 a 30 centímetros de profundidad. Así también pueden utilizarse algunos helechos o especies suculentas y cactus. Es importante tener en cuenta que un jardín vertical, al igual que cualquier jardín, precisa de cuidados. Por lo cual será necesario estar atentos a posibles raleos a realizar para eliminar hojas y ejemplares enfermos, así como recambios eventuales de plantas. Estos permitirán disminuir las posibilidades de que se generen nuevos focos de enfermedad que podrían perjudicar la calidad de nuestro jardín.

Al ser el jardín vertical un sistema vivo, es posible que en algunos casos se presenten plagas o enfermedades que afecten el crecimiento de las plantas. En cuanto a las plagas las más comunes y, a las cuales deberemos estar atentos, pueden mencionarse los pulgones, hormigas, ácaros, cochinillas y gusanos. Cuando nos encontremos con alguna de estas plagas será necesario realizar un control a fin de minimizar la incidencia de la plaga; de lo contrario el jardín podría dañarse y perder su vitalidad. Para controlar este tipo de plagas se cuenta con diferentes productos que pueden ser adquiridos en los diferentes comercios de ventas de jardín. Es importante en estos casos, consultar a un profesional idóneo que nos asesore en cuanto a la plaga que queremos controlar para elegir el producto más eficaz que nos permita disminuirla. Una vez adquirido el mismo es indispensable que, antes de utilizarlo se lea atentamente la etiqueta que posee el envase. Esta nos indicará la forma adecuada de utilizarlo así como los cuidados que debamos tener con respecto a su uso. Una particularidad de los jardines verticales es que muchas veces se encuentran en el interior de las casas, por lo cual, el uso de productos para la protección de cultivos como insecticidas o fungicidas deberá realizarse de manera responsable siguiendo las indicaciones dadas por el fabricante a fin de minimizar los riesgos asociados a su uso. Otro recaudo que debemos tomar es utilizar la protección adecuada, la cual está indicada en la etiqueta del producto, así como tener la precaución de ventilar la zona, en el caso que el mismo se encuentre en el interior.

Mantener un jardín vertical, al igual que cualquier otro, requiere de cuidados y mantenimientos. Es importante estar atentos a la cantidad de agua necesaria para su crecimiento, la sanidad de las plantas y el monitoreo ante la posible aparición de plagas y enfermedades. Y en estos casos, seguir las indicaciones enunciadas para poder realizar el cuidado de nuestro jardín de una manera eficaz pero responsable.