En nuestra vida cotidiana, estamos expuestos a distintas sustancias que pueden resultarnos tóxicas y no por ello poseemos alguna intoxicación o enfermedad. Lo importante es utilizar todas las sustancias de manera segura.
La toxicidad de una sustancia se mide por la capacidad que tiene de dañar a la salud y al medioambiente; además, depende de la dosis, la exposición y la vía de administración.
La intoxicación se produce cuando existe una exposición a una sustancia de dosis o intensidad suficiente que deriva en manifestaciones de enfermedad de grado variable e incluso la muerte. Desde el punto de vista toxicológico, la intoxicación depende de la toxicidad inherente de un producto (DL50 – Dosis letal que mata al 50% de la población y de un estudio), la dosis ingerida, la vía de exposición y de la temporalidad.
De acuerdo a la dosis y la exposición, la toxicidad puede ser leve, moderada, severa y hasta letal. Por ejemplo, un cuadro leve de intoxicación con glifosato, se produce por contacto cutáneo o por inhalación, mientras que un cuadro letal generalmente está relacionado con ingesta por intentos de suicidio.
Respecto de la temporalidad, la toxicidad puede ser crónica o aguda. La aguda es donde hay evidencia de síntomas de rápida aparición luego de un contacto simple o repetido en un lapso de 24 horas con el producto, a nivel de piel o nivel sistémico (por ingestión). La crónica está relacionada con los daños que causa una sustancia a largo plazo (cáncer, neurotoxicidad, etc.).
La importancia de las estadísticas
Para conocer más sobre intoxicación, es necesario obtener datos certeros a través de estadísticas. Estos recuentos permiten formular conclusiones, realizar diagnósticos adecuados y conocer la realidad a fin de actuar en prevención.
En el TAS (Toxicología Asesoramiento y Servicios) nuestro gran potencial de información es la consulta, el paciente y su circunstancia y es gracias a él que podemos recopilar datos e información certera respecto a intoxicaciones a través de atención telefónica, personal, consultas programadas, interconsultas en hospitales públicos y privados, y de consultorios externos en ellos.
Nuestras estadísticas están consideradas en situaciones agudas y están establecidas como: INTOXICACIONES, ASESORAMIENTO y DESCARTAR CAUSA TÓXICA.
> Intoxicaciones: Se refiere al cuadro confirmado y de clara causa mórbido por plaguicida o al contacto cierto con éste que puede o no causar enfermedad.
> Asesoramiento: Consultas relacionadas con pedido de información sobre toxicidad de productos, personal, indicaciones correctas y descarte de sustancia y envases, etc.
> Descartar Causa Tóxica: Significa la consulta originada o relacionada con sustancias tóxicas pero por el cuadro y/o analítica. Período de latencia, evolución, etc. se descarta etiología toxicológica (Telefónica o personal).
¿Qué nos muestran las estadísticas?
En el 2019 recibimos un total de 4627 consultas y elaboramos las siguientes conclusiones:
De la totalidad de las consultas realizadas en 2019, sólo el 19% se debió a plaguicidas, mientras que el 81% restante a otro tipo de sustancias (Monóxido de Carbono, fármacos, drogas de abuso, accidentes ponzoñosos, etc). Generalmente esta proporción se replica año a año.
Fitosanitarios vs. Domisanitarios
Para poder profundizar en este tema es importante conocer las definiciones de ambas sustancias: Los fitosanitarios son productos de uso agrícola que sirven para proteger los cultivos de plagas, malezas y enfermedades, y así poder producir alimentos en cantidad y calidad. Los domisanitarios son sustancias destinadas a la limpieza, lavado, desinfección y otras tareas del hogar y/o ambientes colectivos públicos y/o privados – de acuerdo a la ANMAT.
En nuestras consultas del año 2019, se pudo observar una gran diferencia entre estos dos productos, que se mantiene constante a través de los años. Se contabilizaron 879 consultas sobre plaguicidas de las cuales aproximadamente 68% estaban relacionadas con productos domisanitarios y sólo el 32%, con fitosanitarios.
Asimismo, de la cantidad de consultas mencionadas, el 71% se realizó por intoxicaciones y el 29% restante fue para descartar causa tóxica o por asesoramiento. Un dato interesante es que, del 71% de las intoxicaciones sólo 171 fueron por productos fitosanitarios mientras que 455 fueron por domisanitarios.
La intoxicación puede clasificarse en accidental, laboral, intencional u otra (ej. medioambiental). De un total de 626 consultas por intoxicación, 455 fueron por domisanitarios. De estas, 318 fueron por intoxicación accidental, 122 intencionales y 3 laborales. En contraste, las consultas por fitosanitarios fueron 171, de las cuales 102 fueron por intoxicación laboral, 34 accidental y 28 intencionales.
En conclusión, la intoxicación accidental e intencional por domisanitarios se presenta en frecuencia muy superior a los fitosanitarios. La intoxicación laboral por fitosanitarios es entendiblemente superior en relación a los domisanitarios que es prácticamente inexistente.
Las consultas más frecuentes por fitosanitarios son por los insecticidas en un 56,1% y dentro de este porcentaje, el 45,6% corresponde a piretroides. En referencia a los herbicidas, la consulta más habitual está dada por glifosato por ser de uso regular (37.4%), seguida por el 2,4-D(12,1%).
De acuerdo a las estadísticas evidenciadas, se recomienda a los pacientes:
> Utilizar siempre el Equipo de Protección Personal para disminuir el riesgo de intoxicación.
> Cumplir con normativas, ordenanzas y controles.
> Realizar Buenas Prácticas Agrícolas.
Como profesionales de la salud y en base a los datos obtenidos, un factor fundamental para manejar correctamente un cuadro de intoxicación es el diagnóstico. Es importante tener un diagnóstico certero, adecuado y precoz porque un mal diagnóstico puede llevar a tratamientos innecesarios y posiblemente letales.
Es necesario a su vez, destacar la importancia de las estadísticas serias, eficientes, realizadas con premisas claras. La información debe obtenerse a través de estudios realizados con rigor científico, bases de datos y pruebas certeras.
Cuando se parte de una premisa incorrecta o equivocada, se obtienen conclusiones equivocadas e información tóxica que se disemina y contamina.